jueves, 10 de marzo de 2016

Falsos mitos sobre el suicidio


Hoy presentamos alguna de las falsas ideas más populares cuando hablamos del suicidio. Podéis ver como algunos de estos falsos mitos hacen que nos despreocupemos ante situaciones graves y viceversa. 

Espero que os sea de utilidad. 

FALSOS MITOS SOBRE EL SUICIDIO

1. El que se quiere matar no lo dice y su complementaria el que cuenta que se quiere matar no lo va a hacer. 

Esta idea es totalmente errónea, de hecho 9 de cada 10 personas que se suicidan han manifestado previamente a alguna persona sus intenciones. 

2. Los intentos de suicidio son llamadas de atención. 

Algunas personas piensan que los intentos de suicidio que no terminan con la muerte de la persona eran simplemente intentos de manipular a otras personas. Si bien es cierto que algunas personas utilizan la amenaza de suicidio como medio de relacionarse con su entorno (como forma de agredirlo, como manera de movilizar atención, etc).  

3. Si se hubiera querido matar se hubiera tirado de un décimo piso. 


Es cierto que la gravedad del método escogido por la persona con intención suicida es relevante a la hora de valorar el riesgo. Sin embargo, este no es el único factor condicionante. Algunas personas pueden tener una intención muy real de suicidarse y sin embargo no ser capaces de utilizar un medio altamente letal. 

4. Una persona que se quiere suicidar, se va a querer suicidar siempre. 

Esta idea es completamente falsa. En la mayoría de los casos las tentativas suicidas tienen lugar en un contexto muy concreto que no tiene porqué durar siempre. 

5. Una mejora después de la crisis suicida quiere decir que el periodo de riesgo ha terminado. 

Nuevamente es falso. Muchos suicidios tienen lugar en los 3 meses posteriores a que suceda dicha mejoría, cuando se sienten con  más fuerzas para llevar a cabo el suicidio mientras que todavía no han mejorado lo suficiente en su estado de ánimo y/o no se han solucionado las situaciones vitales que conducían a la ideación suicida. 

6. Se suicidan más las personas más pobres. 

La mayoría de estudios refieren que las tasas de suicidio son similares en la población de una misma sociedad independientemente del estrato social. 

7. La gente que se quiere suicidar tiene una enfermedad mental. 

Es cierto que el padecer una enfermedad aumenta el riesgo de suicidio, pero esto no quiere decir que toda la gente que se suicida tenga una enfermedad. Muchas personas sin patología mental se encuentran en una situación vivencial que puede llevar al suicidio. Por desgracia el aumento de suicidios en personas desahuciadas es un ejemplo de ello. En otras ocasiones es la dificultad de adaptación a un cambio vital, a una ruptura o a una pérdida, lo que conduce a la ideación suicida a pesar de que la persona no esté enferma. 


Lucía del Río Casanova
Psiquiatra y psicoterapeuta
Rúa Rosalía de Castro nº 44A- Bajo
Santiago de Compostela
Cita previa al teléfono 717707566

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