sábado, 26 de diciembre de 2015

¿Por qué alguna gente odia la Navidad?

Supuestamente la Navidad es una época del año en la que la alegría, el amor y la familia "deberían" inundarlo todo de satisfacción y bienestar. Mucha gente disfruta de manera especial de esta época del año, se siente a gusto con todo lo que implica y consigue disfrutarla.  Sin embargo, otros muchos viven la Navidad de otra manera bien sea con indiferencia, con nostalgia, con tristeza o verdadero odio. 

¿Cuáles son las razones para que no guste la Navidad? Pues la respuesta es que muchas y muy diversas. Quizá la fundamental es que en esta época del año la felicidad se convierte en un imperativo y no hay nada que nos haga sentir peor que el tener que aparentar alegría cuando no la sentimos. Cuanto más fieles seamos a cómo verdaderamente nos sentimos, menos pesada será la carga. Además, para muchos la Navidad significa nostalgia. Para aquellos que están viviendo un proceso de duelo por la pérdida de un ser querido, las heridas se reabren y los recuerdos nos inundan. Porque la Navidad no solo implica a los que estamos sino también a los que estuvieron y ya no están. 

Por otro lado, la Navidad trae consigo un aumento en la frecuencia e intensidad de las relaciones familiares que puede ser vivida de maneras muy diversas. Se dan a veces situaciones poco naturales, juntándose personas que a penas mantienen relación el resto del año o incluso, que se llevan mal. Se producen luchas de poder y disputas en torno a dónde, cómo y con quién celebrarla. 

Hay otras personas que simplemente aborrecen el ambiente navideño de consumo desmesurado. Personas para las que las compras se pueden convertir en una auténtica pesadilla. El aluvión de estímulos (ruídos, luces, demandas, tiempos que cumplir...) ayuda poco a poder vivir estas fechas desde la tranquilidad y el contacto con el otro que tanta falta nos hace. 

Además la comida, la bebida, la falta de sueño,  los excesos... dan un vuelco a nuestros neurotransmisores, descolocan nuestros biorritmos y alteran el estado de ánimo. Todo este cúmulo de factores despiertan emociones que a menudo apartamos y que no nos influyen cuando estamos en nuestra frenética rutina diaria, donde poco lugar para el sentimiento queda. 

La buena noticia es que la Navidad, por ser emocional en esencia, es también una oportunidad. Abre posibilidades de contactar de nuevo con lo que pasa en nuestras vidas, con nuestros vínculos, con nuestra capacidad de dar y recibir. Si nos descolgamos un poco del imperativo de ser felices todo el tiempo probablemente seamos capaces de estar en estas fechas de otra manera, no forzosamente alegre, pero al menos auténtica. 

Un abrazo.




 Lucía del Río Casanova
Psiquiatra
Rosalía de Castro nº44 A-b
Santiago de Compostela
Cita previa 717707566

sábado, 19 de diciembre de 2015

Comprendiendo la fibromialgia. Los porqués del dolor crónico.

La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por la presencia de dolor múculo-esquelético, es decir, dolor en los músculos y articulaciones que además en más patente en algunos puntos determinados del cuerpo. Las personas con fibromialgia tienen una mayor sensibilidad al dolor y presentan otros síntomas asociados como fatiga, depresión o ansiedad.

Aunque para la reumatología es una enfermedad relativamente nueva y desconocida, a los psiquiatras esto ya nos suena desde hace mucho tiempo. En salud mental hemos utilizados términos como Trastorno por Dolor Crónico para designar a este síndrome que consideramos forma parte de los trastornos somatomorfos (aquellos en los que el cuerpo expresa el malestar que de otra manera no tiene cabida) y de los trastornos disregulación emocional.

A menudo las personas con fibromialgia son juzgadas por los demás e incomprendidas en su dolor, lo que favorece su aislamiento, aumenta los síntomas de dolor y acaba por causar una habituación de la persona a su rol de enfermo que dificulta la mejoría.

Pero, ¿qué es el dolor? Se define por una experiencia emocional y subjetiva desagradable. En su carácter subjetivo y emotivo radican las posibilidades de abordar los trastornos por dolor desde el punto de vista psicoterapéutico. Que sea subjetivo no quiere decir que sea inventado: el dolor es real, molesto, a veces insufrible para la persona que lo padece. Pero sí hai factores emocionales que pueden ayudar a encontrarle un sentido y a paliar sus síntomas. El trabajo con la regulación emocional es fundamental para que las personas afectas de fibromialgia puedan aumentar progresivamente el umbral del dolor. Además hay múltiples opciones terapéuticas y de vida que pueden ser interesantes para estas personas. En este sentido, algunas psicoterapias proponen abordar este tipo de problemas desde el trabajo con el cuerpo obteniendo muy buenos resultados. Además, no olvideis que todos los estudios explican que la actividad física es la mejor cura para la fibromialgia. Cuando el cuerpo duele tenemos tanto miedo y tanto sufrimiento que evitamos la actividad física para no sentir más dolor. Sin embargo, cuanto menos hacemos a menos se acostumbra el cuerpo y cada vez el dolor aumenta más. Recuperar una actividad deportiva de baja intensidad resulta fundamental.

Espero que esta pequeña explicación os haya servido de ayuda. Podéis plantear vuestras dudas y vuestras preguntas en este espacio.




Lucía del Río Casanova
Psiquiatra
Rosalía de Castro nº44 A-b
Santiago de Compostela
Cita previa 717707566

martes, 15 de diciembre de 2015

Enfermos mentales sin hogar. Los olvidados de los olvidados.

En España hay más de 16 millones y medio de personas en situación de pobreza o riesgo de exclusión social. Además entidades sociales como Cáritas nos hablan de unas 40.000 personas sin hogar en nuestro país, mientras que el Instituto Nacional de Estadística cifra en 21.000 su número. Cabe hacer una parada para reflexionar que estar sin hogar no es solo vivir y dormir a la intemperie, en un portal, en un cajero, en un parque... Porque la casa no hace el hogar como el hábito no hace al monje. Un hogar es mucho más que un techo. Se consideran por tanto personas sin hogar aquellas que van de albergue en albergue, aquellas que a veces duermen en pensiones y otra en la calle, aquellas que se encuentran en centros de acogida y por supuesto, aquellas que directamente no tienen techo. Distinguiremos por tanto el sinhogarismo de los sin techo. 
En Galicia hay según las entidades sociales unas 3600 personas sin hogar y en Santiago de Compostela alrededor de unas 140, de las que 29 se consideran sin techo. Pero si estos datos abruman, más abruma el saber que entre un 30 y un 50% de las personas sin hogar van a padecer un trastorno mental grave. En su mayor parte se trata de personas que han caído fuera de la red de asistencia sanitaria que a menudo se despreocupa por su presente y su futuro. Se trata de personas en las que coexisten múltiples factores que favorecen la exclusión social: son pobres, son enfermos, a veces son emigrantes, mujeres, ancianos...
Mientras asistimos a una psiquiatrización constante de la sociedad en la que el número de trastornos aumenta exponencialmente y el número de personas afectadas también, mientras patologizamos hechos de la vida que antaño se consideraban normales, mientras extendemos los tentáculos de la enfermedad..... ¿cómo puede ser que pesonas verdaderamente enfermas y necesitadas de atención sean totalmente excluídas de la asistencia sanitaria? ¿Cómo hemos llegado a esta fatal paradoja?

martes, 8 de diciembre de 2015

Bienvenidos!!

Hoy abrimos un espacio para profundizar en temas de interés en torno a la salud mental. Encontrareis en este blog noticias, curiosidades, material formativo, etc, sobre psicoterapia y psiquiatría.

Poco a poco iremos construyendo un sitio donde abordar la salud mental desde un punto de vista alternativo y enriquecido con perspectivas diversas.

Bienvenidos !!!