lunes, 28 de marzo de 2016

¿Qué es el eneagrama de la personalidad?

El eneagrama es un sistema para categorizar los tipos de personalidades y es además un instrumento muy útil para el autoconocimiento y la realización personal. Se trata de un sistema desarrollado por el gestaltista chileno Claudio Naranjo, que ha sido concebido tras muchos años de estudio con los principales grupos de investigación en torno a la formación de la personalidad (que el autor compartió en Estados Unidos) e incorporando el estudio también de otras disciplinas alternativas y otras culturas (la cultura sufí ha sido una de las fuentes principales de inspiración del autor). 

El eneagrama se puede representar a través de un círculo en el que los diferentes tipos de personalidad se sitúan en nueve puntos equidistantes entre sí. Dentro del círculo se dibujan las relaciones entre los diferentes eneatipos, que es como se llaman los tipos de personalidad dentro del eneagrama. Existen por tanto nueve eneatipos y ninguno es mejor que otro. Cada eneatipo surgirá a partir de una carencia en su proceso de crecimiento y maduración que hace que la persona se quede fijada a una estructura concreta, a una forma concreta de estar en el mundo y de relacionarse. Como ejemplo, veremos que en el eneatipo 2 impera el orgullo, en el 3 la vanidad, en el 6 el miedo, en el 9 la pereza, etc... 

Existe un libro de referencia para poder conocer el eneagrama y este es "Carácter y neurosis" de Claudio Naranjo. Se trata de un buen texto para comenzar a conocerlo pero existe mucha más bibliografía interesante al respecto. El libro "27 personajes en búsqueda del ser" desarrolla un poco más cada eneatipo dividiéndolo en tres subgrupos según la carencia identificada se manifieste más bien en lo social, en lo conservacional (familia, trabajo, pareja...) o en lo sexual. 

Además, el eneagrama no es solo un sistema de clasificación. El eneagrama da explicación a lo que pasa cuando estas personalidades de integran o se desintegran. Es decir, ante el estrés, cada eneatipo tiende a desintegrarse hacia otro del eneagrama y ante una situación de seguridad y confianza tiende a integrarse hacia uno diferente. Para complicar más la cosa, cada persona puede tener un eneatipo pero "alas" diferentes. Una persona puede ser un eneatipo 1 pero tener "ala 9", tendiendo a manifestar algunas características también del eneatipo 9. 

Saber qué eneatipo nos define mejor no es cuestión baladí y a menudo lleva muchos años de terapia y autoconocimiento. 

Os invito a conocer el eneagrama, a echarle un ojo a los libros de los que hemos hablado. También podéis consultar nuestro facebook en el que hemos abordado este tema en varias ocasiones. En Youtube encontrareis múltiples vídeos que explican tanto las relaciones dentro del círculo como las características de cada eneatipo.

Y si tenéis un poco de paciencia, poco a poco iremos profundizando en cada uno de los eneatipos desde este blog.

Un saludo grande! Bienvenidos al inicio del autoconocimiento!




Lucía del Río Casanova
Psiquiatra
Rúa Rosalía de Castro nº 44A- b
Santiago de Compostela
Cita previa al teléfono 717707566

lunes, 21 de marzo de 2016

El cubo del temperamento: Cubo NORISO


Cada vez se escucha más frecuentemente el concepto de "Cubo NORISO" o "Cubo del Temperamento", y se escucha en el ámbito de la empresa. Las compañías buscan analizar los patrones de compra y el temperamento de los potenciales compradores. Pero, ¿qué es el dichoso cubo? 

A final de la década de los ochenta Cloninger  creó un modelo tridimensional de la personalidad partiendo de dos conceptos fundamentales: temperamento y carácterEl temperamento es de base base neurobiológica y genética, es algo que nos resulta innato y que se relaciona con la manera de afrontal el mundo. Por su parte, el carácter viene modulado por nuestras experiencias, le vínculo que hemos establecido con los demás, nuestros recuerdos, aquello que hemos aprendido, nuestros mecanismos de defensa, etc. El carácter se relaciona por tanto con algo más bien ambiental y relacionado con el aprendizaje y la biografía.

El cubo del temperamento es precisamente eso: un cubo que explica gráficamente cuáles son esas tres dimensiones innatas que condicionan nuestro temperamento. Las dimensiones propuestas inicialmente por Cloninger fueron la búsqueda/evitación de la novedad (NO), la búsqueda/evitación del riesgo (RI) y la orientación o dependencia social (SO). Y de ahí nos viene el nombre. Si situamos cada una de ellas como ejes de coordenadas cartesianas, obtendremos como resultado un cubo. En los ocho vértices del cubo se irán situando los diferentes tipos de personalidad. De tal modo, la personalidad histriónica tendrá una alta orientación hacia las relaciones sociales, no evitará el riesgo y además disfruta de lo novedoso. Las personalidades más evitativas también buscan aceptación social pero tienden a evitar el riesgo y la novedad. Si continuamos recorriendo cada una de las aristas del cubo encontraremos los principales tipos de personalidades con sus atributos temperamentales. Y como una imagen vale más que mil palabras, al final del texto podréis encontrar una. 

Sin embargo, en 1993 Cloninger y sus colaboradores aumentron las dimensiones anteriores proponiendo un modelo con cuatro dimensiones: la búsqueda de novedades (determina la actividad exploratoria), la evitación del peligro (condiciona la evitación de situaciones amenazantes, la dependencia del refuerzo (modula la conducta de aceptación y aprobación del entorno) y  la persistencia (la tendencia a repetir conductas reforzadas positivamente). 

Por último, os preguntaréis. Si estas son las dimensiones del temperamento (innatas, genéticas, biológicas)... ¿cuáles son las dimensiones del carácter? Según este mismo modelo se han propuesto las siguientes: la auto-directividad (habilidad de individuo para controlar, regular y adaptar su conducta ajustándose a suna situación de acuerdo con sus metas y valores), la cooperatividad (capacidad de aceptar e identificarse con otras personas) y  la auto-transcendencia (aceptación, identificación o unión espiritual con la naturaleza y su origen).



Podéis ver rápidamente como construir un cubo NORISO  pinchando en este link. 




Lucía del Río Casanova
Psiquiatra y psicoterapeuta
Rúa Rosalía de Castro nº 44A- b
Santiago de Compostela 
Cita previa al teléfono 717707566

jueves, 10 de marzo de 2016

Falsos mitos sobre el suicidio


Hoy presentamos alguna de las falsas ideas más populares cuando hablamos del suicidio. Podéis ver como algunos de estos falsos mitos hacen que nos despreocupemos ante situaciones graves y viceversa. 

Espero que os sea de utilidad. 

FALSOS MITOS SOBRE EL SUICIDIO

1. El que se quiere matar no lo dice y su complementaria el que cuenta que se quiere matar no lo va a hacer. 

Esta idea es totalmente errónea, de hecho 9 de cada 10 personas que se suicidan han manifestado previamente a alguna persona sus intenciones. 

2. Los intentos de suicidio son llamadas de atención. 

Algunas personas piensan que los intentos de suicidio que no terminan con la muerte de la persona eran simplemente intentos de manipular a otras personas. Si bien es cierto que algunas personas utilizan la amenaza de suicidio como medio de relacionarse con su entorno (como forma de agredirlo, como manera de movilizar atención, etc).  

3. Si se hubiera querido matar se hubiera tirado de un décimo piso. 


Es cierto que la gravedad del método escogido por la persona con intención suicida es relevante a la hora de valorar el riesgo. Sin embargo, este no es el único factor condicionante. Algunas personas pueden tener una intención muy real de suicidarse y sin embargo no ser capaces de utilizar un medio altamente letal. 

4. Una persona que se quiere suicidar, se va a querer suicidar siempre. 

Esta idea es completamente falsa. En la mayoría de los casos las tentativas suicidas tienen lugar en un contexto muy concreto que no tiene porqué durar siempre. 

5. Una mejora después de la crisis suicida quiere decir que el periodo de riesgo ha terminado. 

Nuevamente es falso. Muchos suicidios tienen lugar en los 3 meses posteriores a que suceda dicha mejoría, cuando se sienten con  más fuerzas para llevar a cabo el suicidio mientras que todavía no han mejorado lo suficiente en su estado de ánimo y/o no se han solucionado las situaciones vitales que conducían a la ideación suicida. 

6. Se suicidan más las personas más pobres. 

La mayoría de estudios refieren que las tasas de suicidio son similares en la población de una misma sociedad independientemente del estrato social. 

7. La gente que se quiere suicidar tiene una enfermedad mental. 

Es cierto que el padecer una enfermedad aumenta el riesgo de suicidio, pero esto no quiere decir que toda la gente que se suicida tenga una enfermedad. Muchas personas sin patología mental se encuentran en una situación vivencial que puede llevar al suicidio. Por desgracia el aumento de suicidios en personas desahuciadas es un ejemplo de ello. En otras ocasiones es la dificultad de adaptación a un cambio vital, a una ruptura o a una pérdida, lo que conduce a la ideación suicida a pesar de que la persona no esté enferma. 


Lucía del Río Casanova
Psiquiatra y psicoterapeuta
Rúa Rosalía de Castro nº 44A- Bajo
Santiago de Compostela
Cita previa al teléfono 717707566