jueves, 7 de enero de 2016

Las emociones no son ni buenas ni malas: son las que son.

Estamos acostumbrados a escuchar que hay emociones positivas y negativas. De hecho, muchas escuelas psicológicas conservan esta terminología para hacer distinción entre emociones placenteras y emociones desagradables. Sin embargo, son múltiples las voces que han criticado esta manera de entender el mundo emocional. ¿Por qué debemos creer que la tristeza o el miedo son malos? 

Cada emoción tiene su función adaptativa. El miedo nos hace capaces de reconocer el peligro y ponernos a salvo. La tristeza es un vehículo maravilloso para entablar relaciones íntimas con los demás, para ser cuidados y poder cuidar. La ira nos ha sacado de más de un aprieto, ha valido para hacernos conscientes de que algo no nos gustaba y para hacérselo llegar a los demás. La alegría nos permite el disfrute en múltiples momentos de nuestras vidas. Todas las emociones existen por algo, han sido transmitidas evolutivamente durante miles de millones de años por algo, todas enriquecen nuestro mundo interno y nos permiten una mejor comunicación. 

Desde niños se nos enseña que lo bueno es estar felices, ser valientes y a la vez comedidos. Casi nadie nos explica lo valiosos que son nuestro miedo, nuestra tristeza o nuestra ira. Si por algo se caracteriza nuestra sociedad es por la búsqueda constante del éxito y por el carácter imperativo que la alegría ha ido tomando. A todos nos gusta estar felices pero imaginad que ridículo sería que una persona estuviese alegre ante todas las situaciones que le viniesen encima. El imperativo de ser exitosos y felices es una de las mayores causas de frustración y por lo tanto, el permitirnos sentir lo que sentimos, sin juicios, puede resultar liberador. 

¿Qué tal si probamos simplemente a ver qué sentimos? Observándolo, sin juzgar si la emoción es buena o mala, si es correcto que la tenga o no, es justa para con los demás o no... Porque cuanto más capaz sea de observar lo que me pasa, más auténticas serán mis vivencias. Porque las emociones no son buenas ni malas, son las que son si las dejamos ser. 





Lucía del Río Casanova
Psiquiatra
Rúa Rosalía de Castro 44A
Santiago de Compostela
Cita previa al tfno 717707566

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